Ciencia

Meteorito brinda una posible pista sobre el origen de la vida

Quizá se haya encontrado carbón de origen biológico que no proviene de la Tierra.

Se envió al Curiosity a buscar evidencia de condiciones favorables para la vida, pero resulta que la respuesta a esto puede estar aquí, en la Tierra, en un meteorito. Tissint es un meteorito que cayó en Marruecos en 2011 después de un viaje de 700.000 años que inició con la colisión de Marte y un asteroide. Hay evidencia suficiente para demostrar que en las muchas fisuras de la superficie de Tissint existió agua y, también, que esa agua depositó materiales en tales grietas.

Los importante de esto es que el material en cuestión era un compuesto de carbón orgánico, es decir, este carbón tiene un origen biológico. Esto había sido un controvertido punto de debate: ¿era ese carbón de origen terrestre? Quizá la roca se contaminó ya que se encontraba en la Tierra.

No, el carbón es de origen extraterrestre.

Un grupo de científicos llegó a esta conclusión y se publicó en el Journal Meteoritics & Planetary Science y se basa en las siguientes evidencias. Primero, el periodo entre la entrada y la recolección del meteorito fue mínima. Segundo, las fisuras donde se encuentra el carbón sólo pudieron ser creadas por una alza súbita en la temperatura, mucho mayor de la que el desierto de Marruecos podría crear.

Una pieza de Tissint // Alain Herzog/École polytechnique fédérale de Lausanne

Tercero, algunos de los pedazos de carbón dentro de Tissint se convirtieron en diamante, algo que, tampoco, pudo haber sucedido en las condiciones del desierto y, mucho menos, en el tiempo que pasó entre la entrada del meteorito y su recolección.

Cuarto, el carbón contiene altas tazas de deuterio, un isótopo estable del hidrógeno, lo cual es consistente con la composición geológica de Marte. Esta evidencia la soportan el Curiosity y Phoenix.

La evidencia parece ser abrumadora, pero aún queda una posibilidad: que el carbón no tenga origen biológico. Aunque para que este sea el caso, debería haber un impacto inicial que haya desprendido el carbón de las rocas y que, posteriormente, haya sido “removido selectivamente del suelo e impregnado en las extremadamente finas fisuras de la roca”.

Es posible que todo esto sea una falsa alarma, pero es altamente improbable.

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