Ciencia

Investigadores imprimen una memoria electrónica en papel

Promete ser barata, flexible y reciclable, con hasta 1.000 dobleces de resistencia.

Desde la Universidad Nacional de Taiwan, llegan interesantes noticias de un avance tecnológico muy prometedor. Un equipo de investigadores se encargó del desarrollo de la memoria electrónica basada en un emparedado de electrodos y un aislante, para lograr una comunicación lógica de ceros y unos. Lo que han logrado respecto a los transistores impresos y celdas solares en papel, es la capacidad que le han dado de tener una memoria.

Una memoria electrónica está hecha de fibras, lo cual a nivel microscópico es notable una superficie áspera y porosa, dificultando el proceso de adelgazamiento del material para fines prácticos, tal como la memoria de acceso dinámico aleatorio (DRAM).

Por eso, los investigadores decidieron basarse en la memoria de acceso aleatorio resistivo (RRAM), en la cual puede hacer uso de un aislante para ser ajustado en varios niveles y otorgarle una señal, en este caso la numeración binaria. Cada bit de la memoria está compuesta por aislante intercalado con dos electrodos.

Para construir la memoria electrónica, hicieron uso de plata, dióxido de titanio, carbon, entre otras combinaciones de metal, así como un aislante y un conductor. Comenzaron a recubrir la pieza de papel con una pasta de carbono para formar el electrodo inferior, pero para reducir la asperidad tuvieron que realizar el proceso diez veces en total. Posteriormente, el papel fue puesto en el vacío a 100° C durante 10 minutos.

Aquí es donde comienza a crearse la tinta para imprimir en el papel. Fue creada en una mezcla de dos nanopartículas de dióxido de titanio en acetilacetona, misma que fue vertida en una impresora y de esta manera lograr el segundo paso. La tinta se situaría por encima del primer electrodo, aunque esta actuaría como aislante. Por último, el equipo uso una solución de etilenglicol y agua con nanopartículas de plata, la cual fue utilizada para cubrir la segunda capa y servir como segundo electrodo.

El ancho de cada punto de plata fue de 50 micras, con una separación de 25 micras, por lo que cada bit era en total de 100 micras. En un tamaño estándar de 8 a 11 pulgadas, una pieza de papel puede tener un almacenamiento de 1MB.

Los investigadores aseguran que pueden hacer uso de impresoras con tecnología de tinta fina para imprimir puntos con una micra de ancho, para que una pieza de papel del mismo tamaño tenga una capacidad de almacenamiento de 1GB. La contraparte es la lectura y escritura de bits que se realizan de 100 a 200 microsegundos, no lo suficientemente rápidas, pero bastante funcionales para las aplicaciones de destino.

El equipo de investigadores y expertos opinan sobre el uso que pudiese darle a la micro-memoria electrónica, como impresiones en etiquetas de comida o medicamentos y sensores inteligentes para dispositivos vestibles, aprovechando la evolución de la tecnología y la facilidad para reciclar este material.

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