Ciencia

Imprimiendo los metales del futuro

Después de Curiosity la NASA ha perfeccionado una manera de crear nuevas “aleaciones” utilizando una impresora 3D.

Si por alguna razón quisieras construir una nave capaz de ir al espacio y regresar a salvo, una impresora 3D sería extremadamente útil. Tener la habilidad de moldear cualquier pieza, presionar un botón en el ordenador y vera aparecer lentamente frente a ti parece algo salido de una obra de ciencia ficción. Y ahora NASA quiere llevarlo un paso más allá, creando una impresora que sea capaz de cambiar el metal con el que imprime para crear diferentes gradientes con las aleaciones.

Estos nuevos materiales habían sido teorizados durante años  y habían estado en desarrollo desde 2010, pero no fue hasta después de el éxito del Curiosity que se comenzó a investigar la viabilidad de imprimir estos metales. En un principio podrían sonar poco útiles o demasiado elaborados, pero sirven para un fin bastante simple: hay aplicaciones donde un extremo del metal necesita una característica que el otro lado no necesita o no es capaz de proveer.

Un ejemplo de esto podría ser una pieza con blindaje para evitar que la basura espacial penetre la nave, pero para mantener el peso bajo control durante la fase de lanzamiento el interior de la aleación podría tener menor fuerza y menor peso. Esto tendría aplicaciones en la industria automotriz, aeroespacial y, más adelante, en los bienes de consumo.

El principal cambio con el proceso consiste en que a diferencia de las impresoras 3D tradicionales que depositan el polvo metálico de arriba hacia bajo y después lo funden con un láser, este nuevo sistema utiliza una varilla circular con polvos metálicos para crear las combinaciones necesarias, y como todo lo guay y sagrado que hay en esta vida, funciona, también, con un láser.

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