Un grupo de investigadores de la Universidad de Tokio hicieron flotar objetos en perfecta formación usando el sonido. Cuentas de plástico, un LED, un tornillo, la cabeza de un fósforo, y hasta gotas de agua desafiaron a la gravedad gracias al poder de las ondas ultrasónicas.
Los científicos han experimentado con la levitación acústica durante muchos años, para suspender material en el aire. Lo nuevo en este caso es la posibilidad de mover esos objetos en tres dimensiones. Eso fue posible gracias a la particular posición de los parlantes.
Cuatro parlantes fueron puestos frente a frente, creando muros de sonido que se combinan para generar un “punto focal ultrasónico”, que puede ser movido, junto al objeto atrapado en él, ajustando el ruido que emite cada parlante. Las ondas sonoras están fuera del rango de audición humano, así que el sistema opera para nosotros como en silencio.
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