Durante mucho tiempo, la cacería de brujas de la piratería en línea ha disparado sus dardos hacia los buscadores de internet. Según la Asociación de Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA), páginas como Google hacen aún más fácil el trabajo de los piratas para encontrar y descargar música en la red.
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La historia comienza a cambiar un poco, gracias a un reporte de la Asociación de Industria de las Comunicaciones (CCIA), una organización sin fines de lucro, que aseguró que la remoción de resultados de búsqueda no evitaría la piratería.
“La solución para acabar con las infracciones tiene que ver muy poco con la búsqueda”, asegura el reporte, que concluyó que aquellos sitios que infringen el copyright reciben muy poco tráfico desde las búsquedas. Los términos como mp3 o torrent se usan de manera infrecuente al buscar, por el contrario, las personas buscan con otros términos más generales, como el nombre del artista.
El reporte del CCIA se enmarcó sólo en la búsqueda de canciones populares, como ‘Diamonds’ de Rihanna y ‘Die Young’ de Ke$ha, dando como resultado que el 15% del tráfico a los sitios en los que se puede acceder a piratería vienen de los motores de búsqueda y, datos de Alexa mostraron que solo un 8% de los ingresos a The Pirate Bay provienen de esta forma. Al comparar el número de personas que buscan un artista específico o título de una canción, en comparación con aquellas búsquedas sobre el mismo artista o canción con un “mp3” o “descarga” incluido, las cifras se distinguen poderosamente y la balanza pesa hacia el lado de las descripciones generales.
Mientras RIAA sigue predicando que Google y otros buscadores no hacen lo suficiente para combatir la piratería, CCIA propone que los proveedores legales de música online, como Spotify, aumenten su importancia en los resultados de búsqueda, todo esto, pensando en que si una mayor cantidad de personas sabe que tiene otras opciones de acceso, pueden ser menos propensos a recurrir a la piratería.
Link: Search engines not seen as a major player in music piracy, despite the RIAA’s claims (The Verge)