Almacenamos todos nuestros mensajes, nuestras fotos, nuestros vídeos, nuestros pensamientos al público en la nube. Incluso, somos capaces de guardar nuestros secretos y documentos más importantes en la nube, esa serie de servidores que nadie sabe donde está pero que confiamos jamás fallará. Confiamos nuestros datos a empresas que cobran por este servicio, las que mientras paguemos seguirán funcionando, pero que en un futuro, no se sabe que harán con todos esos datos.
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¿Dentro de varias décadas alguna empresa a la que ahora confiamos nuestros datos los venderán? ¿Mercadearán con lo que nos gustaba hace años y la evolución que hemos tenido para hacer mejores estudios de mercado? ¿Algún día explotará la nube y todos nuestros datos estarán expuestos a cualquier persona que quiera acceder a ellos? Esto es lo que plantea el cómic The Private Eye como trasfondo de una historia de detectives en un futuro no tan lejano, en el que para la sociedad lo que más se tiene en cuenta es que la identidad sea privada. Hasta tal punto en el que todo el mundo va vestido con disfraces para cubrir su verdadera identidad y en la que internet, ya no existe.
En este mundo, los periodistas son “el cuerto poder” en el que actuan prácticamente de policías buscando personas que quieran saber la identidad de otras personas sin su consentimiento, donde las cámaras con grandes lentes están prohibidas y donde se hace todo lo posible para mantener el anonimato.
Hoy en día, la historia de The Private Eye es algo muy particular, una verdadera ciencia ficción que la sociedad moderna actual, seguramente sería capaz de asimilar, pero no sin problemas. ¿Quién podría hoy pasar sin redes sociales o sin compartir lo que está haciendo o lo que piensa? Si algo fuerte pasase, algo como lo que este cómic comenta en el que “la nube explotó” y todos nuestros datos quedan al descubierto, seguramente nos replantearíamos muchas de las ahora reglas sociales.
Lo peor de todo es que se está maleducando una generación entera en la que el compartirlo todo es algo normal, quizá por desinformación o quizá porque la generación que los ha criado ha sido incapaz de adaptarse a un cambio tan radical y rápido que nos ha traído las redes sociales y los dispositivos donde estar conectado las 24 horas del día es algo “normal”.
The Private Eye es una obra de dos maestros del cómic, el escritor Brian K. Vaughan y el artista Marcos Martin. Ambos han creado un cómic que tiene mucho de reivindicativo, pero más de un proyecto en el que el cómic se vende sin un precio fijado, es el lector el que decidirá que precio quiere pagar. Evidentemente puedes pagar cero, pero lo que es una gran historia y un buen cómic merece como poco lo que te sueles gastar en unas pocas aplicaciones en tu móvil.
Link: The Private Eye (Panel Syndicate)