Columna

Las personas que fuimos

Por primera vez en la historia, nuestra generación podrá tener un archivo de nuestra vida. No sólo archivamos los momentos importantes, sino cualquier cosa que estamos haciendo, registrándolo virtualmente para siempre.

Vivimos en un momento de la historia muy interesante. Quizá esto lo digan todas las generaciones que han estado sobre este planeta, pero creo que es de verdad interesante y que hemos sido capaces de crear grandes cosas en muy poco tiempo.

Ingeniería, medicina, informática, clonación… Existen tantas cosas nuevas que hemos sido capaces en los últimos 200 años que poco a poco todo cambia más deprisa. Y por primera vez en la historia, nuestra generación podrá tener un archivo de nuestra vida.

Quizá desde mediados del siglo XX se empezó a documentar la vida cotidiana. Con la introducción de cámaras y película baratas, nuestros abuelos han podido fotografiar momentos inolvidables y puntuales, bodas, bautizos, nacimientos, cumpleaños… Pequeños eventos que siempre se inmortalizan en fotos, y hablamos de una época en la que las fotos estaban contadas por la capacidad del carrete y que después tenías que llevar a una tienda, esperar una semana, y volver a la tienda para comprobar que tus fotos han salido desenfocadas.

Las cámaras Super-8 revolucionaron la forma en la que guardamos nuestros recuerdos, aunque este formato fue más accesible en Norteamérica, lo que introdujo fue la posibilidad de grabar vídeos de cualquier momento, de una fiesta o de la obra de teatro de una escuela. De nuevo, grabaciones puntuales e importantes.

No fue hasta finales de los ’80 y principios de los ’90 cuando las primeras cámaras de vídeo que grababan en cintas Beta o VHS se hicieron muy populares por todo el mundo, dando acceso a la clase media trabajadora a una herramienta que te permitía ser tu propio canal de noticias al grabar cualquier íntimo momento. Se popularizaron también las cámaras Polaroid, que por primera vez de forma masiva, tomabas una foto y a los pocos segundos tenías una copia en papel en tu mano.

Todas estas situaciones y tecnologías tienen algo en común, se usaban eventualmente y en ocasiones importantes.

Las nuevas tecnologías y la sobreinformación

Desde que las cámaras digitales empezaron a popularizarse y empezaron a tener la memoria suficiente como para hacer decenas de fotos de una misma escena, se empezó a crear lo que ahora mismo es uno de los mayores logros de nuestra sociedad: el almacenamiento de cualquier momento de nuestra vida.

Llegadas herramientas como Flickr, Facebook, Twitter o YouTube junto a la permanente conectividad de los smartphones, subimos el listón, ya no solo guardamos recuerdos de nuestra vida, si no que también podemos almacenar lo que estamos pensando, o por lo menos, lo que queremos hacer pensar a la gente que estamos pensando.

Y aun siendo un logro, también tiene una parte escalofriante. Somos la primera generación en la historia que dentro de cincuenta años podrá acceder a una prueba de lo que pensaba hace años. Eso que llamamos sobreinformación en redes sociales, será en un futuro una prueba de que aquello pasó y que lo plasmaste de alguna forma. Da igual que sea un tweet, un vídeo de cómo eres capaz de hacer un triple salto mortal, o una foto de cómo tu perro te ha destrozado el sofá. Todos tus momentos se almacenan, se catalogan y se comparten. ¿No es escalofriante y excitante a la vez?

Pero no nos vayamos tan lejos, ahora mismo puedes hacer algo para comprobar la sensación de la que hablamos dentro de décadas. Twitter permite descargar un archivo con todos tus tweets. Google te permite exportar todos tus datos. Facebook también permite guardar un archivo comprimido con fotos, vídeos, mensajes y todo tipo de información. Si has estado más de tres años en, por ejemplo Twitter, te reto a que descargues este archivo y que leas tus primeros tweets. En algún momento llegará ese sensación de “no puedo creer que dijese eso”.

Evolucionamos

Me descargué mi historial de tweets, y sí, algunos son vergonzosos a la par que aterradores. ¿Cómo es posible que pensase o actuase de una forma que ahora creo es pueril o estúpida? Amigos míos, eso se llama evolución.

No podemos acordarnos de todo lo que pasó hace tres o cinco años, pero sobre todo, todos somos personas muy diferentes de las que fuimos hace unos pocos años. No debes tener vergüenza por algo que dijiste, todos cambiamos de opinión y avanzamos en la vida, pero es ahora cuando podemos acceder a un archivo almacenado en algún lugar donde podemos comprobar como éramos, en algunos casos minuto a minuto por eso de estar enviando tweets a cada momento.

Es casi una experiencia que todo el mundo debería hacer, mirar a lo que hacía en redes sociales hace años y comparar si de verdad has madurado. Muchos se llevarán una sorpresa, no te aseguro que sea buena.

Cada momento de nuestra vida almacenado

Casi la totalidad de las redes sociales o sitios donde almacenamos nuestros datos permite eliminar nuestros perfiles. En algunos casos esta acción puede ser a medias, como en Facebook, que seguirá almacenando nuestros datos ya que en realidad no se pueden eliminar cuentas, si no que se desactivan.

El cloud computing introdujo el poder de almacenar –teóricamente– cualquier cosa para siempre y sin límite de almacenamiento. Todo depende de granjas de servidores invisibles para nosotros. En sus servidores se encuentran gran parte de nuestra vida pasada y para muchos seguirá ahí almacenada, por años.

Con la llegada de las redes sociales a niveles globales el límite entre la privacidad y lo público se ha vuelto cada vez más invisible, y aunque es algo imposible de saber, creo que la privacidad cada vez será menor, compartiendo más nuestra vida a personas que quizá no conocemos o que jamás veremos.

La eliminación de nuestros datos personales es algo que está protegido por las leyes de protección de datos, pero son leyes locales que cada país ajusta a sus necesidades, añadido a que tus datos pueden estar alojados en un servidor en Finlandia gestionados por una empresa estadounidense. Con eso, la protección de tus datos se hace más difícil, o incluso ejercer tu derecho a que se borren.

El futuro es borroso, no podemos predecirlo. Pero esto que llaman futuro cercano creo que sí podemos esbozarlo y seguramente el mejor ejemplo es Google Glass.

Las gafas inteligentes de Google permitirán hacer fotos, grabar vídeos y acceder a información desde cualquier lado y sin la necesidad de usar tus manos, simplemente un comando de voz graba un vídeo y lo sube automáticamente a la nube. De esto a lo que la serie británica Black Mirror predijo en el tercer episodio de su primera temporada, los implantes que graben cada movimiento que haces es más que posible, probable y no me costaría creer que desarrollable en pocos años.

Somos personas y cambiamos, pero seremos los primeros que será capaz de tener una prueba del cambio en datos. ¿A que ahora piensas dos veces lo que dirás en las redes sociales?

Fotos:
Anniebby. (Flickr)
Filmwasters

Tags

Lo Último


Te recomendamos