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Google busca su espacio para los próximos diez años

El cierre de Google Reader es solo un indicador de que la compañía centra su atención en otras cosas: aquellas que definirán su futuro.

Todos estamos cabreados con Google ahora mismo. Cierran Google Reader el primero de julio y como usuarios veteranos que somos de este servicio, nos encontramos enfadados y completamente inconsolables. Pese a todo, el cierre de Google Reader significa que por lo menos el servicio se acaba con una cierta dignidad ya que lleva muchísimo tiempo sin cambios, tan solo mantenimiento por parte de Google, que ha decidido que los ingenieros que lo mantienen están mejor en otros proyectos.

Aun así estamos inconsolables, sabiendo que simplemente con que Google cierre Reader, se empiezan a mover los cables para que por lo menos una decena de lectores de feeds se pongan a trabajar en crear mejores herramientas y evolucionar el mercado de estos lectores. Literalmente, el cierre de Google Reader es lo mejor que le ha podido pasar al RSS.

Pero detrás de esta idea de cerrar Google Reader hay una lectura mucho más importante. ¿Por qué cierra Google Reader junto a otros servicios? La explicación de Google siempre se basa en que el esfuerzo puesto en estos proyectos que cierran no merecen la pena para la empresa. No tiene nada que ver con el número de usuarios, aunque si de verdad fuesen muchos no lo cerrarían (léase Orkut). Pero podemos ver una Google mucho más centrada que antes y que durante los últimos años hemos empezado a ver un cambio que va más allá de enfocarse en unos y otros productos.

¿Llegará el día en el que veamos a Google como otra cosa más que un buscador? Porque por ejemplo, hablamos de Android, pero no de “Google Android”. Cuando nos referimos a Google es ese buscador que también tiene un gestor de email, un sistema de publicidad como ningún otro, un administrador de métricas para tu web… Google está separando sus marcas poco a poco de su nombre. Otro ejemplo,  es “Blogger” , que nunca se relacionó como “Google Blogger”.

Son servicios muy usados que se sienten como productos aparte de Google. Quizá sea la clave para el Google del futuro, la empresa que quiere ser dentro de diez años.

Google X, el laboratorio a futuro

El mejor ejemplo de que Google ya no quiere ser solo un buscador y una empresa cuya misión era la de organizar la información de internet es Google X. Vale que la empresa no pusiese mucho esfuerzo en el nombre, pero lo que sale de Google X es lo que será Google dentro de los próximos diez años.

¿Por qué diez años? Siempre se ha dicho que el trabajo de un CEO es el de buscar como hacer dinero para que la empresa sobreviva los próximos diez años, tiempo más que suficiente como para reinventar el mundo en el que vivimos. Ya lo hizo Google una vez con su buscador, lo hizo Apple con el iPhone y el iPad, lo hizo Motorola con el primer móvil, lo hizo Microsoft con Windows. Los próximos diez años son los que harán que tu empresa sea simplemente un recuerdo del pasado, una empresa que sobrevive o una gran empresa a las que todos miran.

Dentro de esta “sub marca” de Google podemos ver como entra lo mejor de la empresa, como Jeff Huber de Google Maps, que acaba de abandonar su cargo para entrar al secretísimo proyecto. De Google X han salido dos de los proyectos que marcarán Google dentro de los próximos diez años: los coches que se conducen solos y Google Glass.

Pueden parecer ridículas, pero igual nos parecieron los primeros móviles, tildándolos de innecesarios y de un artículo para ricos. Un par de años después, todo el mundo tenía un móvil en su bolsillo, una década después el mercado del smartphone explota y la navegación por internet desde móviles aumenta a niveles nunca vistos de crecimiento. ¿Por qué no puede pasar lo mismo con Google Glass?

Puritanismos aparte, Glass ofrece algo que siempre se quiso, acceso a la información de la forma más transparente posible, y de cierta forma Glass lo ofrecerá.

¿Por qué Google se involucró en sistemas de conducción autónomos? ¿Por qué una empresa de software hace tal cosa? Bueno, si hay un sector que siempre hace dinero este ha sido tradicionalmente el del motor. La evolución de los coches se ha quedado (generalizando mucho) en dos ámbitos: motores y carburantes. Aunque hemos avanzado muchísimo en seguridad vial y en la seguridad y comodidad de nuestros coches, la conducción autónoma puede ser uno de los grandes inventos del sigo XXI de tal forma el coche lo fue durante el siglo XIX.

No estamos hablando sólo de que ya no tengas que prestar atención a la hora de conducir, si no de muchísimo más. Por ejemplo la reducción de accidentes gracias a tecnología M2M (Machine to Machine) en el que los coches se comunican uno a otro para evitar colisiones en caso de accidente. También se podrían optimizar el consumo de carburante creando pequeñas caravanas de coches que se dirigen a un mismo sitio, acercándose lo justo para crear un efecto de rebufo y así conseguir menos resistencia al viento.

¡No nos olvidemos de las patentes! Ya sabemos que quien primero llega a este tipo de negocios suele ser la que registra las patentes más importantes que luego cede a otras empresas. Ahí tenemos una importante entrada de dinero para Google en el futuro.

Los pequeños cambios que vemos hoy en Google son los que afectarán a que su funcionamiento durante los próximos años hagan de ellos una empresa más eficiente, dando servicios que realmente interesen a una gran mayoría de público.

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