Emprendimiento

Columna: Chile, plataforma para emprendimientos globales

La creación de empresas en un día permitirá generar nuevas compañías globales.

Sobre el autor: Horacio Melo (@hora8) es el Director Ejecutivo de Start-Up Chile.

Hace unos días el Senado finalmente aprobó la ley que permite la creación de empresas en un día, online y a costo cero, lo que se convierte en una tremenda noticia para el país detrás del cual existió un esfuerzo anónimo de muchas personas del ámbito público y privado, y un fuerte compromiso de parte de Corfo y ASECH para lograr este hito.

Esta ley tiene varias implicancias, todas de una u otra manera muy positivas para el largo plazo. Primero, es una clara señal de que Chile mira el futuro. La ejecución de esta norma requerirá un gran esfuerzo para transformar todos los procesos y trámites que hoy día significan toneladas de papeles a un sistema mucho más ágil y online.

Otro punto, y quizás el más relevante, será el incentivo que se generará para la creación de nuevas empresas, pero no sólo referente a nuevas compañías chilenas, sino que también a aquellas iniciativas de negocio más globales, que son las que caracterizan a Start-Up Chile. A la fecha, este programa Corfo ha atraído a más de 600 startups al país, de más de 50 países diferentes, la aplicación de esta ley obviamente aumentará estos números.

Si bien el programa Start-Up Chile no exige a sus emprendedores constituirse legalmente en el país, he percibido que esta nueva ley tiene a varios “suppers” esperando que entre en vigencia para evaluar si establecer sus empresas y operaciones en el país. Esta decisión puede tener un impacto directo respecto a la generación de nuevos puestos de trabajo. A su vez, este cambio en la decisión de los emprendedores apunta directamente a la meta de posicionar al país entre los polos de innovación del mundo.

Pese a esta nueva ley, estamos conscientes que el camino de iniciar algo propio es y seguirá siendo complejo. Esta normativa elimina al menos algunos de los dolores de cabeza que han tenido que sufrir nuestros esforzados pequeños empresarios. Para seguir avanzado es necesario que se sigan aprobando leyes que ayuden al emprendedor, que las grandes empresas mejoren sus políticas -especialmente las de pago, que muchas veces incluso llevan a la quiebra a pequeñas empresas- y, por último que los bancos en vez de castigar al que se atrevió y fracasó, le den una mano y valoren la experiencia que se adquirió de dicho proceso.

Chile ya se sumó a la vanguardia del emprendimiento y la ruta a seguir está clara.

 

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