Emprendimiento

Columna: Sobre cómo viajar me hizo un mejor emprendedor

Chris Campbell ha visitado más de 30 ciudades, recogiendo experiencias valiosas en cada una de ellas.

Sobre el autor: Chris Campbell vive actualmente en Santiago, Chile, donde trabaja y desarrolla su emprendimiento de monitorear comentarios en línea, Review Trackers, beneficiado por Start-Up Chile.

Chicago, Illinois. Era un día frío de invierno de enero del 2011. Mi socio de negocios y yo subíamos las escaleras camino a nuestra oficina cuando él me dijo que no trabajaría más en la construcción de nuestro negocio. Aunque me tomó por sorpresa y prácticamente rompió mi corazón, este hecho significó un llamado de alerta. Me hizo despertar.

¡Y cuánto me despertó esa alerta! Durante tres años de trabajo, con mucho esfuerzo apenas lográbamos pagar los sueldos del equipo (a pesar de que trabajábamos durante 12 horas al día). Al final, mi socio y yo no estábamos haciendo algo que realmente nos apasionara, solo estábamos haciendo algo en lo que nos sentíamos cómodos. A partir del día en que él se fue, he sido mejor emprendedor porque he logrado entender que la comodidad puede trabar un poco el éxito, y que la pasión es el ingrediente clave para ejecutar y hacer crecer un negocio.

Omaha, Nebraska. Las descripciones que la gente hizo en el Big Omaha 2011 de Silicon Praire News contenían muchos superlativos como “Grande” (“Big”), “Los más ambiciosos”, “Los más interconectados”, “Como ningún otro”…Ésa fue una conferencia que congregó a más de 500 empresarios y docenas de conferencistas reconocidos a nivel nacional. Había una cabina de fotos que  tenía de fondo una fotografía de la luna y las estrellas, en un intento no muy sutil de incitar a los asistentes a alcanzarlas.

Lo irónico es: en Big Omaha fue donde se sembró una pequeña semilla en mí, una humilde y pequeña semilla que crecería. En Big Omaha fue donde decidí convertir una de mis ideas de negocio en un nuevo proyecto de emprendimiento y dedicarme tiempo completo a él hasta convertirlo en un negocio exitoso. Lo que aprendí – más allá de cualquier charla o presentación, diapositivas y cabinas de fotos inspiradoras – fue que el hecho de rodearse con personas determinadas a innovar inspira y motiva a hacer lo mismo. Eso es muy poderoso. Te recuerda que no puedes esperar por alguien para hacer algo. Ese alguien eres tú y ese algo es hoy.

Montreal, Canadá. Para participar en el International Startup Festival de este año, tuve que viajar en autobús desde la ciudad de Nueva York hasta Montreal. No era cualquier viaje: mi nuevo emprendimiento, una plataforma llamada Review Trackers que permite monitorear los comentarios en línea, había sido uno de los 15 seleccionados para Twilio’s DOer Express, una instancia para que los empresarios practiquen sus presentaciones, intercambien ideas, reciban asesoramiento técnico y se conecten con otros empresarios, técnicos y emprendedores.

Esta experiencia la veo como ejemplo perfecto de cómo el camino es tan importante como el destino, o incluso más. Hay tanto que ver, que oír y que aprender a lo largo del recorrido, especialmente para los empresarios. Y si, en algún punto, te encuentras perdido o tomas alguna decisión incorrecta, no permitas que eso te impida trabajar, seguir avanzando y seguir intentando.

Medellín, Colombia. Una de las razones por las que mi proyecto de emprendimiento anterior fracasó fue porque mi socio de negocios y yo no éramos muy buenos en eso de mantenernos atentos al flujo de caja. Es peligroso asumir que, teniendo cientos de miles de dólares en cuentas por cobrar, podrás solucionar los problemas de tu compañía, porque no los soluciona – menos cuando también tienes cientos de miles de dólares en las cuentas por pagar.

Una vez aprendida esta lección (la cual ciertamente aprendí a las malas), me mudé a Medellín, al hermoso Valle de Aburra de Colombia, a un apartamento donde podía ver todos los días la puesta de sol sobre los Andes. Ahí me hice fanático de hacer dólares y gastar pesos. En mi determinación de buscar la manera de reducir mis gastos operativos, también descubrí un mejor y más asequible lugar para vivir.

Mendoza, Argentina. Me fui a Mendoza en bus y el viaje fue simplemente impresionante. El bus pasó por Anconcagua, la montaña más alta en América con casi 22,900 pies de altura. Ese viaje valió la pena: si tuviera que caminar siete horas a esa altitud para probar el emblemático vino argentino – el tinto Malbec – en uno de los cinco mejores lugares para tomar vino (según TripAdvisor), entonces que así sea. Estaría dispuesto!

Lo mismo aplica a los negocios. No dudes en llegar más lejos para descubrir mejores opciones. Si necesitas telas de China, busca telas en China. En mi caso, recientemente contraté un Jefe de Diseño en Florida, un desarrollador de Rusia, un equipo de ingenieros en Hyberabad y un escritor en Manila. Contratar a terceros me ha permitido tener recursos suficientes, y más importante aún, me ha permitido ver al mundo como mi oficina y encontrar grandes talentos en cualquier lugar.

Santiago, Chile. En los últimos 18 meses he visitado más de 30 ciudades. Actualmente estoy viviendo en Santiago, donde Review Trackers logró entrar al programa Start-Up Chile. He tenido montones de experiencias inolvidables aquí, en lo que The Economist recientemente describió como el “Chilecon Valley”: desde aprender un nuevo idioma y conocer empresarios inteligentes que han recorrido el mundo, hasta hacer nuevos amigos en torno a una parrilla un domingo y enriquecerme con la historia de Chile en la visita a los museos.

Como empresario, veo muy enriquecedoras las experiencias personales y profesionales. No importa si le hablo a un programador web francés, un limpiabotas peruano, un ruso millonario, un vagabundo colombiano o a un vinicultor chileno: todos tratamos de solucionar problemas. Todos, de una manera u otra, esperamos hacer del hoy algo mejor que ayer, y del mañana algo mejor que hoy.

Por eso se me hace evidente que los negocios no son sólo una manera de hacer dinero y volverse millonario. Un negocio es primariamente una institución social, teniendo como base fundamental la pasión por resolver los problemas y hacer las cosas mejor, ya sea para uno mismo o para los demás. Por ello no es sorpresa que todos estos viajes, todas estas búsquedas, ajustes, planificaciones, caídas e improvisaciones me hayan permitido desarrollar y mejorar mis instintos empresarios. Como dijo alguna vez Steve Jobs, “solo quiero dejar una huella en el universo”. Yo también y, para ser honesto, no me preocupa en qué parte del universo termine colocándola.

*Puedes leer el artículo en Inglés en Entrepreneurs Unpluggd.

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