La idea era interesante en el papel: un servicio de música como todos los actuales que ya se conocen, pero con la pequeña gran diferencia de que la cuota respectiva de uso venía adjunta a la compra de un computador o algún otro aparato como ser un smartphone. A eso apuntaba la gente de Beyond Oblivion con su Boinc, el nuevo rival de Spotify que fue cancelado antes de siquiera lanzarse.
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La tarifa de Boinc iba a ser prácticamente invisible al usuario, ya que al adquirir algún aparato asociado al servicio, este se hacía acreedor automáticamente de una membresía ilimitada; de esta forma, se evitaban los anuncios y estrategias de marketing por el estilo. ¿El problema? Las tremendas dificultades de la compañía al lidiar con el resto de los involucrados en su negocio, principalmente los fabricantes de hardware y los sellos musicales.
Los primeros tenían algunos reparos respecto a la adquisición de una especie de “licencia conjunta”, que potencialmente podría hacer que los usuarios lo pensaran dos veces al renovar su equipo; el acceso a Boinc iba a durar lo que durara el aparato asociado. Por su parte, también hubo dificultades con algunas casas disqueras y “la imposibilidad de gestionar adecuadamente en el ecosistema musical”, según las palabras de Adam Kidron, ejecutivo en jefe de la compañía madre de Boinc.
No deja de ser curioso que entre los inversores de la startup estuviera la gente de News Corp… los mismos de MySpace, y la historia de MySpace no es precisamente feliz que digamos. Como sea, Beyond Oblivion tenía un respaldo financiero importante, pero sus continuos retrasos (originalmente iba a aparecer el 2010, y la última fecha conocida anunciada fue para comienzos de este 2012) y las complicaciones antes descritas finalmente terminaron en un cierre definitivo antes de que siquiera pudiera lanzarse como corresponde.
Link: Ambitious unlimited music startup Beyond Oblivion closes down before launch (The Next Web)