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Mexicanos arriesgan 30 años de cárcel por “TwitterTerrorismo”

Una presentadora de radio y un profesor difundieron información falsa causando pánico.

¿Se han imaginado cómo sería vivir el afamado relato de la Guerra de los Mundos de Orson Welles, pero contextualizado en pleno 2011, en la era de las redes sociales?

Según el secretario de Gobierno del Estado de Veracruz –en México–, Gerardo Buganza, ya no tenemos que hacer semejante ejercicio de ficción, pues lo ocurrido hace algunos días en dicho país daría cuenta sobre cómo las herramientas de la sociedad de la información hoy pueden emplearse de forma negativa para difundir el caos en la ciudad. Eso sí, y a diferencia del épico relato radial, en esta ocasión el escenario no fue Nueva York, sino el Estado de Veracruz; el artífice de la historia no fue Orson Welles, sino una presentadora de radio y un profesor mexicano; y los supuestos hechos, en vez de remontarse a una invasión alienígena, aludieron al secuestro de niños en una escuela.

Ocurre que estos dos individuos mencionados anteriormente decidieron esparcir a través de Twitter comentarios sobre el secuestro de unos muchachos en la escuela. Sin embargo, más allá de lo reprochable o cuestionable del acto mismo que fue la difusión de información falsa (ya sea de forma deliberada o de buena fe), lo realmente problemático resultó ser la sobrerreacción desatada, pues no bien comenzaron a reproducirse estos datos a través de la red, los apoderados concurrieron en masa al establecimiento de sus hijos, dejando abandonados sus vehículos en mitad del camino, provocando atascos y, en consecuencia, la nada despreciable suma de 26 accidentes de tránsito. Incluso las líneas telefónicas se vieron colapsadas. En suma, un caos total.

Los fiscales afirman que la pena que arriesgan estos dos sujetos es de 30 años bajo la leyes anti-terrorismo que se pretende invocar. Sin embargo, María de Jesús Bravo Pagola, una de los acusados, alegó en su defensa que se limitó simplemente a hacer un RT de la información que llegó a sus manos. En esa línea sostuvo: “¿cómo es posible que me hagan esto, por re-twittear un mensaje? Digo, son 140 caracteres. No es lógico” (bueno, ya vemos que 140 caracteres bastan para desatar un pánico total y ser acusado de terrorismo).

A propósito de esto último, no deja de ser especialmente curioso y llamativo también que la propia acusada se haya descrito a sí misma en su perfil de Facebook como “TwitTerrorista”.

Por su parte, Amnistía Internacional se refirió al hecho y acusó una violación a la libertad de expresión, declarando a la guerra contra el narcotráfico como el gran culpable de esta clase de sucesos, pues, en teoría, sería a raíz de la compleja situación política y social del país que  los ciudadanos se han visto obligados a volcarse hacia las redes sociales como una manera de conseguir información fidedigna y a veces no tanto.

Por último, más allá de la condena que pueda recaer sobre estos dos individuos o de su eventual absolución, no debemos perder de vista lo que, me parece, resulta más interesante al final de la historia: la posibilidad de que una plataforma sumamente utilizada como Twitter pueda verse realmente neutralizada a raíz de la pérdida de confianza y de la buena fe, puntos esenciales sobre los cuales se sustenta este sistema. Después de todo, e independiente del grado de culpabilidad que pueda atribuírsele a los dos protagonistas de esta historia desde el punto de vista legal, también podría y debería recriminarse, por una parte, que los acusados hayan difundido de forma precipitada una información no confirmada, y por otra parte que el resto de los padres se hubieran valido de aquella como una fuente confiable sin cuestionamiento alguno.

Como diría algún moralista digital por ahí, recuerde retwittear con prudencia.

Link: ‘Twitter terrorists’ face 30 years after being charged in Mexico (The Guardian)

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