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Nueva filtración de Wikileaks pone en jaque a la diplomacia de EE.UU.

Importante filtración revela espionaje de la administración estadounidense a los principales líderes y gobiernos del mundo.

(cc) USACE Europe District

Ni una carta oficial dirigida desde el Departamento de Estado del Gobierno de Estados Unidos, ni un supuesto ataque a sus servidores previo a la nueva filtración, han evitado que Wikileaks lo vuelva a hacer. En esta ocasión los documentos revelados por la organización dirigida por Julian Assange tienen como fuente principal la correspondencia diplomática de los embajadores del país norteamericano alrededor del mundo y suponen un escándalo mayúsculo que desvela los entresijos y la cara oculta de la diplomacia estadounidense.

Se trata de informes realizados por funcionarios y embajadores donde se revela el resultado de operaciones de espionaje así como de las entrevistas e informes realizados sobre políticos y gobernantes de terceros países.

Prácticamente ningún país se libra del juicio y valoración que se realiza en alguno de esos 251.287 documentos. Así, se duda de la salud mental de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, se destaca el caracter machista y las fiestas salvajes de Silvio Berlusconi y Vladimir Putin (al que siguen considerando como el líder de Rusia), ambos socios en negocios petroliferos o se caracteriza a Muamar el Gadafi como un hipocondríaco obsesionado por su salud y su aspecto personal (se inyectaría botox).

Ni siquiera los países aliados de Estados Unidos se libran de estos informes y valoraciones peyorativas. Los movimientos de su diplomacia para aislar a Irán, Venezuela o Corea del Norte también están reflejados, aunque fueran bien conocidos. Sobre la república islámica persa destaca el hecho de que sus propios vecinos árabes prefieran entablar con ella una guerra convencional antes de que se convierta en potencia nuclear.

Las revelaciones son incontables y esto es solo el principio. Wikileaks ofreció estos documentos a una selección de periódicos internacionales (El País en España,  el británico The Guardian, The New York Times, el francés Le Monde y el semanario alemán Der Spiegel), que han filtrado asimismo los informes recibidos y que irán publicando en los próximos días nuevos contenidos relacionados. Probablemente a esas noticias se le sumen otras que no se atreven a publicar desde otras fuentes anónimas, vía Twitter.

En ocasiones, las expresiones usadas en estos documentos son de tal naturaleza que pueden dinamitar las relaciones de Estados Unidos con algunos de sus principales aliados; en otras, puede ponerse en riesgo algunos proyectos importantes de su política exterior, como el acercamiento a Rusia o el apoyo de ciertos gobiernos árabes.

La propia secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha telefoneado en las últimas horas a los Gobiernos de los países más importante afectados por esta fuga de información, entre otros los de China, Alemania, Francia y Arabia Saudí, para alertarles de lo sucedido y ofrecer algunas justificaciones

En Reino Unido, Israel, Italia, Australia y Canadá, entre otros socios de Estados Unidos, portavoces de sus respectivos ministerios de Relaciones Exteriores confirmaron que habían recibido información de parte de los embajadores norteamericanos, aunque no revelaron detalles sobre los datos precisos que habían sido puestos en su conocimiento. No ha habido, sin embargo, comunicación directa entre la Embajada en Madrid y el Gobierno español acerca de este asunto.

La administración estadounidense ha intentado minimizar el efecto de las filtraciones adviertiendo a algunos de los países afectados de la información filtrada y justificándose cuando ha sido posible. El efecto que puede causar en las relaciones diplomáticas internacionales estas revelaciones es dificil de ponderar, pero sin duda tendrá muchas y duras consecuencias en algunos aspectos (los referentes al espionaje) y no tanto en otros (no creo que Corea del Norte o Irán vayan a sorprenderse).

Desde el punto de vista de las comunicaciones gubernamentales de los Estados Unidos, que hasta ahora en el ámbito de la diplomacia y relación entre los diferentes departamentos con competencias en seguridad se regía mediante el protocolo SIPRNET (Secret Internet Protocol Router Network), probablemente haya una revolución tanto entre sus responsables como con un sistema que obviamente, no funciona. ¿Y que pasará con el imputado Assange? Desde luego no nos vamos a aburrir en los próximos días.

Link: La mayor filtración de la historia deja al descubierto los secretos de la política exterior de los EEUU (El País)

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