El material resultante del trabajo de los investigadores ocupa una fracción de los aminoácidos de los beta-amiloides. Los investigadores formaron pelotas microscópicas con ellos, que tienen un tamaño de entre 30 nanómetros y dos micrómetros.
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Ante la inmediata sugerencia de producir chalecos anti-balas, Ehud Gazit de la Universidad de Tel Aviv respondió:
Puede que sea posible construir protección para el cuerpo, pero estamos pensando en usos más director: mejorar las propiedades mecánicas de estructuras de materiales compuestos, como la cerámica y los vidrios a prueba de balas.
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En diversas pruebas, sólo se pudo romper el material con una sonda con punta de diamante y aplicando una fuerza dos veces mayor que la que se necesita para romper el kevlar. De este trabajo podrían salir productos muy variados, aunque según Gazit, quizás pase algún tiempo antes que lo vean en el mercado. Ya tienen algunas patentes registradas, pero comenta que pasaron 20 años entre el descubrimiento del kevlar y su salida al mercado.
Link: Harderst organic material ever designed by scientists (Discovery News)