Economía

Investigan posible “colusión” de Apple y Amazon con casas editoriales

No es la primera vez que el fiscal general del estado de Connecticut, Richard Blumenthal, se ve involucrado en alguna «cruzada tech». Con la aparente intención de no dejar títere con cabeza, el abogado en cuestión ya a mediados de junio había convocado a otros 29 fiscales de Estados Unidos para investigar a Google a raíz del mediático caso de los automóviles de Street View y el «robo de información» de redes inalámbricas abiertas. Hoy, sin embargo, el abogado arremete contra nada menos que Apple y Amazon.

En una carta dirigida a Amazon y emitida por la oficina de Blumenthal se sostiene que ambas empresas habrían llegado a algunos acuerdos con importantes casas editoriales, los que afectarían la libre competencia en el negocio de los libros electrónicos e impedirían a otras empresas ofrecer e-books a un menor precio.

Por una parte, el fiscal declara que los precios de los e-books más populares son idénticos tanto por parte de Amazon como por parte de Apple (lo que imagino que será un eufemismo para «iBookstore», la cual no es mencionada en toda la misiva), privando al consumidor de precios competitivos. Esto fue constatado por la propia oficina de Blumenthal, la que realizó un estudio informal en que se confirmó que los precios de varios best-sellers ofrecidos por Apple, Amazon y otras compañías como Barnes & Noble son prácticamente los mismos.

Lo anterior adquiriría un cariz especial, en términos comerciales, durante la próxima temporada de vacaciones, con análisis y predicciones que vaticinan la consolidación de los e-readers como el regalo favorito, y que hablan de un «mercado de e-books a punto de explotar».

Por otra parte, el fiscal general de Connecticut se refirió a la utilización en los acuerdos comerciales celebrados entre los vendedores y las casas editoriales (entre las cuales se encuentran empresas del calibre de HarperCollins, Penguin y Macmillan) de la llamada cláusula de nación más favorecida. En virtud de esta última, las editoras se comprometen a beneficiar al otro contratante (por ejemplo Apple) con los mismos precios bajos a los que ya se venden los libros a una tercera compañía (como Amazon). En términos simples: si suponemos que Amazon es la compañía que compra más barato los libros a una determinada casa editorial, ésta se verá obligada a igualar dichos precios favorables para con el contratante que es beneficiario de la cláusula.

En todo caso, y como el propio redactor de la carta se encarga de precisar, la cláusula comercial de nación más favorecida no es per se ilegal. Sin embargo, es aquella junto a una suma de factores, como el detalle de que se estuviera ofreciendo el mismo beneficio a las dos empresas más grandes del rubro, lo que podría constituir un escenario adverso a la libre competencia.

La misiva finaliza citando a Amazon para contactarse con la oficina del fiscal Blumenthal a fin de tratar el asunto, aunque no se descarta que en un futuro cercano la historia pudiera terminar con algún final menos conciliador.

Haciendo memoria, curiosamente en mayo ya se hablaba (incluso antes que el iPad comenzara a venderse fuera de Estados Unidos) de la posible ilegalidad de la iBookstore en Europa –específicamente Reino Unido–, donde la regulación antimonopolios hacen que la imperante en tierras del tío Sam parezca juego de niños. Las razones, según anticipaban en aquel entonces algunas fuentes de la industria editorial, justamente hablaban de una colusión de precios entre las distintas casas editoriales, aunque esta vez bajo los términos impuestos por Apple para entrar en su dispositivo.

Link: CT Attorney General investigates Amazon, Apple over e-book deals (TechFlash)

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