Ciencia

Impresentable: El Triceratops nunca existió

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Triceratops y Torosaurio, unidos por el destino

En tiempos pretéritos la zoología se basaba no sólo en la observación sino muy fuertemente en la imaginación. No es raro encontrar en los códices medievales referencias a animales que nunca existieron incluyendo quimeras, dragones, basiliscos, esfinges, grifos y por supuesto el mantícore, un animal alado con cabeza humana, cuerpo de león, cola de escorpión, lomo de toro y paso de cebra.

Por otro lado, la deducción de lo que fueron y cómo fueron las distintas especies de dinosaurios se basa en la poca evidencia que se ha podido recolectar sobre animales que nunca pudimos conocer en persona, y esas deducciones -si hacemos caso a lo que proponen dos científicos de Bozeman, Montana- pueden generar especies que nunca existieron, al menos no como tales. El primer eliminado en este dinoreality es el conocido triceratops.

Tanto el triceratops como el torosaurio fueron descubiertos por Othniel Marsh en el siglo XIX en lo que se conoce como Hell Creek, Montana, una formación cretácica en donde se han hallado fósiles de ambos animales. Su similitud siempre sugirió que eran parientes, pero sus características los hacen fácilmente distinguibles. El triceratops tiene tres cuernos que apuntan hacia arriba y una cresta sólida, maciza, coronada por cuernos más pequeños. El torosaurio también tiene tres cuernos pero apuntando casi hacia el frente. Su cresta no tiene cuernos sino que es de borde liso y no es maciza, sino hueca en el centro que está cubierto sólo de cartílago.

John Scannella y Jack Horner, científicos del  Museum of the Rockies en Montana, están defendiendo la tesis de que el triceratops como especie nunca existió, sino que es una etapa intermedia en el desarrollo de un torosaurio adulto. Su postulado se afirma sobre las siguientes circunstancias:

  1. Que los 29 cráneos de triceratops examinados estaban entre los 0.5 y los 2M de largo, mientras que las 9 piezas de torosaurio iban entre los 2 y 3 metros.
  2. Que contando las líneas óseas, a semejanza de los anillos en el tronco de un árbol, se puede determinar que las piezas de triceratops van desde una etapa juvenil a una adultez temprana, mientras que los torosaurios son todos adultos.
  3. Que en el caso de los triceratops, los ejemplares semi-adultos tienen los cuernos apuntando en distinto ángulo que los más jóvenes, y que el hueso sufre un radical adelgazamiento en el centro de la cresta.

En resumen, las dos especies serían una sola. Los cambios del triceratops conforme a su maduración lo van haciendo progresivamente similar al torosaurio, y la ausencia de torosaurios jóvenes entre los hallazgos es consistente con que el animal no tiene la misma morfología durante su adolescencia y adultez temprana.

Como dijimos al principio, puede que sea decepcionante saber que uno de los dinosaurios más emblemáticos en todas las películas y animaciones del género en realidad es sólo un torosaurio en desarrollo pero, por otro lado, también hay que tomar esta propuesta con mucha cautela y asumir que es sólo una posibilidad más dentro de una ciencia estrictamente conjetural.

Haciendo el paralelismo, si una raza extraterrestre visitara nuestro planeta en algunos millones de años y hallara fósiles de orugas y mariposas, probablemente tampoco tendría cómo imaginarse que son dos etapas del mismo animal.

Link: Morph-osaurs: How shape-shifting dinosaurs deceived us (New Scientist)

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