Ciencia

Nariz robot predice olores agradables (y hediondos también)

(cc) rachelrusinski – Flickr

Como algunos deben saber, en la actualidad existen narices electrónicas, también llamadas eNoses, cuyo funcionamiento se basa en hacer pasar los olores por una serie de sensores químicos, cuyas reacciones dan lugar a una huella única, una impronta que hace de cada olor un registro inconfundible. Estas narices, al igual que los sabuesos, son capaces de identificar un olor basándose en comparaciones:  Por ejemplo, pueden distinguir un perfume Channel N°5 de cualquier imitación 99% perfecta, siempre y cuando te hayas tomado el tiempo de alimentar la base de datos subyacente con una muestra de Channel N°5 genuino contra el cual comparar.

Esto es bastante obvio, pero en el fondo es importante señalar que la tecnología actual lo que permite hacer es comparar olores preidentificados con lo que se somete al examen de la nariz electrónica. Si algo calza con su base de datos, te lo informa.Si no está en su base, no tiene cómo informar ninguna conclusión coherente, tal como no podrías pedirle a un sabueso buscar a una persona sin haberle dado a oler antes una prenda que le permita identificarla.

Insatisfechos con esta funcionalidad tan acotada, científicos del Weizmann Institute de Israel desarrollaron un sistema electrónico para ir más allá: ser capaces de predecir si un determinado olor es agradable o desagradable para el ser humano.

El equipo estuvo liderado por el  Dr. Rafi Haddad en conjunto con el profesor David Harel del departamento de Ciencias de la Computación y  Matemática Aplicada,  los profesores  Noam Sobel y Abebe Medhanie  del departamento de Neurobiología y el médico Yehudah Roth de la clínica  Edith Wolfson Medical Center. Médicos, neurobiólogos y computines son una mezcla inusual, pero consiguieron algo bien interesante.

En vez de diseñar una nariz para comparar olores, su meta fue enseñarle a la eNose a estimar la proximidad de un olor desconocido a un eje imaginario a lo largo del cual están los olores agradables. Ese eje lo determinaron entrevistando a un grupo de 56 personas a quienes hicieron oler y calificar 76 olores con una nota de cero a treinta donde el cero es un olor muy desagradable y el treinta, uno muy agradable.

Se alimentó la nariz electrónica con esos datos y luego se le hizo oler 43 olores desconocidos y determinar, también con nota 0 a 30, cuán agradables eran. Esos mismos 43 olores fueron evaluados por un grupo distinto de personas, y al final del experimento la nariz tenía un 80% de correlación con los resultados del segundo grupo, sin haber experimentado jamás esos olores en su corta y electrónica vida. Es más. Si en vez de una escala 0 a 30 se evaluaban los 43 olores desconocidos como “agradable” o “desagradable”, la nariz electrónica tenía un 99% de aciertos.

Pero esperen. Hay quienes dicen que los olores son cosa de gustos, y que cada cultura tiene tolerancia a unos y repulsión por otros. Para investigar esto, los científicos tomaron un grupo de 31 inmigrantes etíopes que residían en Israel hacía un tiempo (en promedio, un par de años) y concluyó que el grado de aciertos de la nariz electrónica con los nuevos sujetos era igual que para los voluntarios israelíes.

Identificar cuán agradable o cuán hediondo es un olor puede parecer una manera un poco trivial de gastarse los fondos de investigación, pero son avances inéditos en una ciencia que está todavía en pañales, y que en el mediano o largo plazo permitirá tal vez devolver el olfato a personas con anosmia, transmitir olores por internet o estimar el grado de aceptación que tendrá un nuevo perfume antes de lanzarlo.

Espero que les haya gustado la nota y aquí nos despedimos, porque aunque no tengo una nariz electrónica a mano, me estoy dando cuenta de que se me pasó el tiempo con el tostador y tendré que ir a sacar un mendrugo carbonizado a la cocina. Hasta la próxima.

Link: Scientists develope electronic ‘nose’ that can predict pleasantness of novel odors (Physorg)

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