Economía

España: Cadenas de TV son liberadas de financiar al cine nacional

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Parte del «cast» de la película española «Los Borgia»

Aunque a primera vista no lo parezca, este es otro de esos temas que guardan una relación con la principal batalla que se  está librando en España entorno a la Ley de Economía Sostenible, que contempla el corte de servicios de Internet a cualquier usuario sin supervisión judicial. Para entender el tema que nos ocupa en este caso, debemos retroceder en el tiempo para finalizar en lo que es ahora mismo el núcleo de la tragedia.

Partimos de dos grupos claramente diferenciados. Por un lado, las cadenas privadas de televisión, como Antena 3, Tele 5, el grupo Sogecable, o la cadena pública, TVE. Y por otro, los máximos órganos reguladores y de gestión del cine nacional, la Real Academia de las artes y Las Ciencias Cinematográficas, que tenía como anterior presidenta a quien es hoy la Ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, de quien ya hemos hablado.

Con los protagonistas ya definidos, vamos al tema. España, como muchos países del mundo está sufriendo un cambio radical en aspectos audiovisuales orientados al usuario final. En la televisión por ejemplo, estamos en plena fase de implantación de la Televisión Digital Terrestre en todo el territorio. Eso motivó el nacimiento de varias plataformas que sacan partido de las concesiones de TDT, y con ello, nacieron muchas productoras privadas de contenido, que realizan series en su mayoría, pero que forman parte del holding televisivo de cada empresa.

Esto tiene toda lógica desde el momento que cada cadena además de su propio canal de TDT, gestiona como mínimo 3 canales de señal abierta, y no se puede emitir siempre lo mismo en los 4 canales. A esto se le llama contenido propio: tu tienes una cadena de televisión con una o más productoras, y tú mismo te fabricas tus programas y los emites en tus cadenas. Aparte, existen evidentemente las productoras independientes que venden sus programas a las grandes cadenas de televisión.

Por aquel entonces internet se miraba como una seria amenaza, y a toda esta expansión se le sumó una Ley, en 1999, que obliga a las cadenas privadas y públicas a que destinen parte de su presupuesto a subvencionar las producciones cinematográficas nacionales. Eso ocurrió después de que se rechazara terminantemente una solicitud de que parte de los beneficios de las operadoras proveedoras de servicios de Internet (ISP) fueran a parar a los fondos para el cine nacional. La idea es la misma: como la culpa de que los beneficios del cine caigan es de internet, pues que pague internet.

Poster promocional de «Agora», uno de los éxitos cinematográficos españoles de este año

Retomando de nuevo la ‘ley televisiva’, algunos sectores presentaron una demanda porque entendieron que se estaban mezclando mercados y conceptos muy diferentes, y a sabiendas que estos procesos suelen ser muy lentos, al seguir en vigor la ley no había mas remedio que acatarla. De esta forma, las productoras y cadenas de televisión empezaron a involucrarse en la subvención del cine nacional.

El resultado es que al estar cada cadena implicada directamente en la producción cinematográfica, las vías de promoción se multiplican, y cuando se acerca un estreno de una película el espectador es bombardeado con promociones de forma constante, además del hecho de que la cadena en cuestión a menudo emite la película en exclusiva pasando por delante a la competencia y a los canales habituales de distribución al usuario final, llamémosle alquiler y/o venta en DVD u otros formatos.

Pero esto ha traído también otro dato muy interesante: y es que en los últimos tiempos el cine español ha pasado de experimentar un leve repunte hasta que actualmente, se están registrando unos éxitos y recaudaciones en las taquillas que hacía años que no se veían. No sé si estas películas les sonarán o si se pueden ver en vuestras ciudades, pero producciones como Los Borja, Fuga de Cerebros, o las recientes Celda 211, Ágora, Spanish Movie o Planet 51 son filmes 100% españoles, que gozan de éxito a nivel internacional. Aunque ojo, a pesar de este éxito, las cadenas de televisión jamás han aceptado esta ley, aunque la cumplan (después de todo, les significa costos extra). Y por eso se fueron a las más altas instancias judiciales.

Y en uno de los mejores momentos del cine español de los últimos años, por un lado Europa recorta drásticamente las subvenciones al cine y además, el Tribunal Supremo rechaza la obligación de las televisiones a financiar las producciones nacionales, porque entienden que se está atentando contra la libertad de empresa garantizada por la Constitución al mezclar dos ramas comerciales muy diferentes. Además, hace relativamente poco tiempo, las cadenas también están obligadas a invertir en productos propios como series, entre otros.

Eso no significa que la ley haya sido eliminada, sino rechazada por el supremo y solo en parte, no en su totalidad. La revisión de la Ley en vigor debía haberse realizado durante el día de ayer, pero el Gobierno retrasó la reunión, no sin antes añadir varias enmiendas que contemplan, entre otros puntos, que las televisoras inviertan por ley todavía más de lo que ya invierten. Curiosamente, la tasa que debería pagar el ente público de la televisión nacional es más elevada que el de las televisoras privadas cuando por un lado, a partir de 1 de enero no podrá por ley emitir publicidad, y por otro, arrastra un déficit y deuda multimillonarios.

La ley se somete a revisión por parte del Consejo Estatal de Medios Audiovisuales, órgano teóricamente independiente, y cuyos miembros serán designados por el Parlamento. Es aquí donde se corre el peligro de que los intereses propios intervengan. Porque aunque el cine goza de una salud como hacía tiempo no tenía, paralelamente, se apunta a que la red, asesina implacable de la cultura, matará el cine, y más cuando desde Bruselas se ha recortado tanto el capital destinado a este tipo de subvenciones.

Se supone que hasta pasados los días navideños la Ley y las opiniones de los varios frentes implicados no volverán a copar los titulares nacionales, pero el agrio debate sigue igualmente abierto.

Links:
– El Supremo rechaza la obligación de las cadenas a financiar el cine (El País)
“El cine español no sobrevivirá” (El País)

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