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Hackers brasileños no pudieron vulnerar urnas electrónicas

(cc) Wikipedia

El voto electrónico en Brasil es una realidad desde hace más de una década. No es que se emita un sufragio vía internet, sino que los electores deben marcar su preferencia en un dispositivo de lo más moderno, que posee Linux e incluso permite dejar el voto en blanco. Lo único que no permite hacer son figuras fálicas en la manifestación democrática.

Este sistema es muy útil para el recuento de votos en un país tan extenso y agreste. Además, viéndole el lado VeoVerde al asunto, evita que miles de árboles se talen para crear los votos, los lápices y las cajas de madera en que se suelen recolectar los sufragios. Todo muy lindo hasta que algunos partidos pequeños reclamaron. “No puede ser que saquemos tan pocos votos. Las máquinas no son 100% seguras y algún señor hacker nos quiere perjudicar”, dijeron.

Ante tamaña insolencia a la tecnología, el tribunal superior electoral (TSE) convocó a expertos en seguridad informática, conocidos también como hackers, para ver si eran capaces de violar las urnas a través de distintos mecanismos. El resultado fue siempre el mismo: un rotundo fracaso.

Un especialista de la policía federal intentó cambiar las tarjetas de memoria, modificando los votos antes de que se escogieran. Falló. Otro grupo trató de alterar el comprobante que emite la máquina, pero el sucedáneo no se parecía al original. Mal. Otros intentaron modificar la distribución de Linux que usan las urnas. ¿Le habrán querido poner Windows Vista? (Procesando su voto. Por favor espere)

Con todas esas pruebas superadas, los partidos chicos deberán modificar sus estrategias de campaña y no echarle la culpa al terreno de juego. Al final, estas urnas demostraron ser muy confiables y una excelente alternativa (aunque un poco más cara que el lápiz y el papel) para otros países de la región.

Link: Terminam os testes de segurança sem violações ao sistema (TSE vía FayerWayer Brasil)

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