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Steve Jobs estaba tan loco que tardó 2 semanas para comprar una lavadora siendo millonario

Repasamos una de las anécdotas más torcidas y curiosas en la historia de Steve Jobs, figura legendaria de Apple: cuando le tomó 2 semanas elegir qué lavadora comprar.

The Steve Jobs Archive revela los detalles de su nuevo programa de becas donde busca impulsar a alguien que siga el legado de Jobs en Apple.
Imagen: Archivo | The Steve Jobs Archive revela los detalles de su nuevo programa de becas donde busca impulsar a alguien que siga el legado de Jobs en Apple.

Steve Jobs se ha convertido en una leyenda por todo lo que hizo cuando estaba al frente de Apple. A su genialidad y liderazgo le debemos productos determinantes para la historia de la tecnología como el iPod, la iMac y el iPhone. Pero en algunas otras cosas podríamos considerar que se trataba de un tipo verdaderamente excéntrico. Sobre todo con detalles que a cualquier otro ser humano no le representaría enredo ni conflicto. Como el simple acto de comprarse una lavadora.

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Quienes hayamos estudiado la vida de Jobs con detenimiento habremos concluido ya a estas alturas que detrás de la mente revolucionaria del genio creativo se encontraba también un hombre que valoraba la simplicidad, la eficiencia y el diseño impecable, incluso en los aspectos más mundanos de la vida.

Steve Jobs
Steve Jobs

Como ha sucedido con esa aparentemente intrascendente máquina diseñada para lavar ropa que se aloja en prácticamente cada hogar del mundo. Todos hemos pasado por el trance de tener que invertir por este tipo de aparato electrodoméstico. Pero pocos lo vivimos como este campeón.

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Hoy vamos a abordar una peculiar anécdota que nos ilustra a la perfección la neurosis del muchacho a pesar de haber contado con toneladas de dinero.

Steve Jobs y la odisea por la lavadora perfecta

Corría el año de 1996, Steve Jobs y su familia se enfrentaron a la tarea de reemplazar su vieja lavadora que acumulaba ya bastantes años de servicio en el hogar. De modo que a esas alturas de la situación para la mayoría se trataría ya de una decisión trivial, casi tan automática como urgente, pero para el cofundador de Apple el asunto se convirtió en una odisea de dos semanas de debates, análisis y bastante filosofía... Por una lavadora.

Según contó en una entrevista para la revista WIRED, por aquella época del finales del siglo XX, la familia Jobs dedicó horas enteras a comparar las opciones disponibles, no solo en términos de funcionalidad, sino también en lo que representaban cada modelo con su marca en términos de valores.

Jobs, conocido por su obsesión por el diseño y la experiencia final del usuario, no podía pasar por alto la lavadora como un simple electrodoméstico y terminó llevando las cosas mucho más allá, para desconcierto de su propia familia, todo por un modelo europeo de lavadora:

Steve Jobs y cuál fue la marca de lavadoras que escogió para su casa
Steve Jobs y cuál fue la marca de lavadoras que escogió para su casa Composición: Kiko Perozo

“Resulta que los estadounidenses fabrican mal las lavadoras y secadoras. Los europeos las hacen mucho mejores, ¡pero tardan el doble de tiempo en procesar la ropa! Resulta que la lavan con aproximadamente una cuarta parte de agua y tu ropa termina con mucho menos detergente. Pero lo más importante es que no tiran tu ropa a la basura. Usan mucho menos jabón, mucha menos agua, pero quedan mucho más limpios, mucho más suaves y duran mucho más.

Pasamos algún tiempo en nuestra familia hablando sobre cuál es la compensación que queríamos hacer. Terminamos hablando mucho de diseño, pero también de los valores de nuestra familia. ¿Nos importaba más lavarnos en una hora o en hora y media? ¿O nos importaba más que nuestra ropa se sintiera realmente suave y durara más? ¿Nos importó usar una cuarta parte del agua?

Pasamos unas dos semanas hablando de esto todas las noches durante la cena. Volveríamos a esa vieja discusión sobre lavadoras y secadoras. Pero la charla fue entonces sobre diseño”.

La decisión, pues, se convirtió en una metáfora de la filosofía de Jobs. Se trataba de ir más allá de lo superficial, de valorar la calidad sobre la rapidez, de apreciar el diseño inteligente y de tomar decisiones conscientes sobre el impacto ambiental.

Al final, la familia Jobs optó por una lavadora Miele, una marca alemana conocida por su calidad y durabilidad. Jobs la describió como “la pieza de alta tecnología que más le había emocionado en años”.

Luce como algo trivial, pero esta historia de la lavadora nos muestra cómo trabajaba la mente de Steve Jobs.

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